jueves, 25 de octubre de 2012

Coca de caquis (crónica de un bizcocho rebelde)


Sí, como lo oís, puede que me encuentre ante el primer bizcocho rebelde de la historia. Se suponía que esta receta sería la de un bizcocho normal, esponjoso, con cuerpo, apto para tomar solo o empapado en café; vamos, un bizcocho de los de toda la vida. Peeero no, porque este bizcocho decidió poner sus propias normas y se declaró en huelga (el pan de cada día, vamos), y decidió no subir, por lo que me obliga a renombrarlo como una coca de caquis, más que como un bizcocho. 



Supongo que todos conoceréis lo que es una coca, pero por si acaso os lo resumo rápidamente: la "coca" típica es de origen catalán, y puede referirse tanto a variantes dulces como saladas. Su característica esencial son sus dimensiones, ya que suele ser muy plana; de hecho, según cuentan, su origen viene del aprovechamiento que hacían las amas de casa de la masa del pan que había sobrado porque no habría aumentado de volumen. Así, en vez de tirarla, la volvían a amasar, la endulzaban y servían de postre.



Hasta aquí todo bien, pero es que.... ¡¡es que no tenía que ser una coca, tenía que ser un bizcocho!! Y es que la razón de todo este desengaño político en el mundo bizcochil tiene un nombre: la fructosa. Sí, ese sustituto del azúcar procedente de las frutas y la miel. Y es que no he mencionado hasta ahora que en mi familia hay muchas personas con diabetes, por lo que nos vemos obligadas a modificar en numerosísimas ocasiones nuestras recetas originales para adaptarlas y hacer opciones sin azúcar.

Bueno, que me estoy enrollando mucho, ahí os va la receta... ¡Coca de caquis apta para dabéticos!

Ingredientes:
- 50 gr de fructosa
- 100 gr de almendra en polvo (nosotros mezclamos almendra en polvo y almendra picada, para darle más juego al asunto)
- 50 gr de harina
- 50 gr de mantequilla
- 16 gr de levadura (1 sobre de levadura Royal de los de toda la vida, vamos)
- 4 claras de huevo
- 1 caqui

Primero, montamos las claras hasta que estén a punto de nieve. 

Aunque en la foto podéis ver que lo hemos batido con un robot de cocina, sirven las batidoras normales de toda la vida
Las claras listas (a puntito de nieve!!)

 Cuando estén casi listas, añadimos, sin dejar de batir, la fructosa, la almendra, la harina y la levadura. Batimos hasta que la mezcla esté bien incorporada.



Derretimos la mantequilla en el microondas, y una vez lista la añadimos a la mezcla. 


Picamos el caqui en pequeños pedacitos, que queden todo lo planos posibles. Preparamos un molde colocando en la base papel vegetal para hornear. Encima, colocamos el caqui troceado y repartimos los pedazos por toda la base. Mientras, precalentamos el horno a 200º.


Añadimos la mezcla sobre la base de caquis, y la extendemos con la ayuda de una espátula, hasta que quede bien nivelada (más o menos, no pasa nada si no queda del todo igual por toda la superficie). Mientras, precalentamos el horno a 200º.




Hasta que os quede algo así:



Lo metéis en el horno, y lo dejáis unos 30 minutos, aproximadamente (es orientativo, depende del horno). Procurar hornearlo sobre una rejilla, para que fluya el calor de manera más homogénea.

Y....

... ¡¡¡¡¡¡tachááááán!!!!!!


Mmmm... ¡riquísimo! Cortadlo en pequeñas raciones, nosotros hicimos sobre 25 cuadraditos. Son ideales para tomar en la sobremesa.
¡Ah! Y por si alguien está interesado, son unas 60 kcal por ración, aproximadamente.


Esperamos que os animéis a probarla en casa, y para quienes no puedan tomar azúcar, es ideal. Un saludo, nos vemos próximamente con una receta más achocolatada, no digo más, jijijiji. Un biquiño!

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