Macarrones con salsa de setas y queso

¡Sí! ¡Por fin! ¡He subido al blog mi primera receta salada! 

Si, lo sé, de nuevo la calidad de las fotos no es demasiado buena... Pero no esperaba conseguir un plato tan rico, así que tampoco presté demasiada atención a retratar el proceso (lo siento...). Peeeero que no cunda el pánico, ya que la receta es tan sencilla que no son necesarios los detalles para que triunféis haciéndola.

Y si, esta es una receta que surgió un poco por casualidad. Un día en que había que aprovechar los víveres con los que contábamos en la nevera, y queriendo no desperdiciar mi última compra culinaria, unos preciosísimos champiñones frescos de mi tierra que ya sabía que no me defraudarían. Aish, qué buenos.

Así que asaltamos la nevera. Entre otras cosas: bricks de nata, bacon, queso, muuucho queso... 

.... 

... ¡¡idea!! ¿Por qué no hacer una versión de la típica salsa carbonara pero con champiñones? Este fue el punto de partida, pero el queso (un ingrediente que adoro, como veréis poco a poco) jugó un papel esencial para el resultado final.

Y así quedó. Rico, rico... Y además las cantidades se pueden modificar fácilmente para adaptar la receta a los gustos de todo el mundo, si la queréis con más o menos queso, bacon, cebolla... todo es fácilmente regulable. Os la recomiendo de verdad.

Además, el hecho de que yo haya utilizado champiñones no impide que podáis cambiarlos por cualquier otro tipo de hongo. Yo tengo ganas de probarla con setas distintas, pero de momento es algo de lo que no he podido disponer (aaai cuando aprenda a identificarlas en el monte... ¡mundo fúngico, empieza a temerme!). 

Vamos pues con la receta:

Macarrones con salsa de setas y queso (ingredientes para 2 personas)

-250 gr de macarrones 

-300 gr de champiñones frescos (u otra seta que os guste)

-75 gr de bacon en taquitos

-200 ml de nata para cocinar (18% de grasa)

-1/4 de cebolla

-1 quesito

-Queso parmesano rallado

-Ajo y perejil al gusto

En primer lugar, lavamos y troceamos los champiñones. A mi me gusta cortarlos en trozos grandes, para que se note más su sabor, pero podéis picarlos en el tamaño que prefiráis. Vamos preparando la pasta: ponemos a hervir una olla con agua y sal. Cuando llegue al punto de ebullición, añadimos la pasta, un chorrito de aceite de oliva y orégano al gusto (yo le echo bastante). Dejamos que se cueza.

Picamos la cebolla bien fina. En una sartén, calentamos un chorro de aceite de oliva y añadimos los champiñones, que aderezaremos con ajo y perejil al gusto. Cuando comiencen a dorar, añadimos la cebolla picada. Cuando veamos que está todo en su punto, y los champiñones adquieran un aspecto tostado, apagamos el fuego y eliminamos el líquido sobrante (los champiñones tienden a soltar mucha agua cuando los cocinas). Volvemos a encender el fuego, añadimos el bacon y esperamos a que integre bien. 

Mmmm... ¡huele a gloria!

Una vez tengamos lista la mezcla, con todos los ingredientes en su punto justo, añadimos el brick de nata para cocinar, y mantenemos la temperatura (fuego alto). Cuando se caliente, añadimos el quesito (podemos trocearlo o añadirlo entero, la cuestión es que se derrita e integre). Ayudará a que la salsa coja cuerpo y le aporta un sabor suave.

Por último, añadimos el queso parmesano rallado, cantidades al gusto. Removemos bien, y cuando la mezcla sea homogénea, bajamos el fuego y dejamos que espese, removiendo de vez en cuando para que no se queme.

Una vez lista, retiramos y servimos. Podemos añadirla directamente con los macarrones, o en un recipiente individual.

Sea como fuere, ¡¡está deliciosa!!

Bueno, espero que la probéis en casa y me digáis qué os parece.

Pero no todo han sido inventos de cocina salada. Esta semana también me ha dado por los postres, pero con una opción menos azucarada.

Ups, ya estoy hablando de más. Os lo cuento en la próxima entrada, ¿vale? Y de paso os cuento como acabé, de un día para otro, usando muletas. Si, si, esta semana ha sido muy intensa. Pero a mí, de la cocina, no me apartan ni cojita :)

¡Nos vemos pronto!

Biquiños a todos.