Sé que estas semanas he estado bastante desaparecida. Bueno, muy muy desaparecida. Alguno puede que ya comenzase a pensar que volvía a las andadas con eso de no actualizar. Pero ya veis que vuelvo a la carga y con una receta no, con una recetaza de esas que te suben la moral de lo sencilla y deliciosa que es.
Este mes, Clara y Virginia de Bake the World nos proponen volcarnos en los sabores tradicionales del sur y lanzan este reto que, en mi caso, me transportó automáticamente a mi infancia, cuando, muy de vez en cuando, mi madre se permitía el caprichito y compraba para casa las deliciosas tortas de aceite o tortas de anís, de la marca Inés Rosales (las de tooooda la vida, básicamente), y nos las comíamos entre mis hermanas, mi madre y yo. Siempre duraban unos cuantos días, no porque no nos volviesen locas (que lo hacían, sobre todo a mis hermanas), sino porque nos gustaba estirarlas para que durasen lo máximo posible. Pensaréis que lo fácil sería simplemente comprar otro paquete cunado se terminaba el anterior; pero como ya he comentado en otras entradas, el tema del dulce en mi casa nunca se tomó como algo de nuestro día a día, más bien era algo especial que nos permitíamos de vez en cuando.
Esta receta es genial no sólo por el maravilloso resultado final, unas tortas crujientes y muy sabrosas, sino también por lo sencilla que resulta de hacer, y lo rápido de su elaboración.
Podéis encontrar en la red muchas otras recetas de las tortas de aceite igual de válidas, pero yo me he decantado por esta de El horno de Isa básicamente por una cuestión de tiempo: era la única que no requería tiempos de levado y por lo tanto me aseguraba tener la receta lista en poco tiempo. Es que estos días he estado a tope de trabajo. Pero a tope de verdad. Y nunca tanto trabajo me había hecho tan feliz. ¿Vais entendiendo ahora el por qué de mi ausencia? Aunque eso es algo de lo que os hablaré con más calma en próximos capítulos bloguiles.
Con respecto a la receta original, he hecho algunos cambios. Básicamente he dividido las cantidades a la mitad, me parecía excesiva la original teniendo en cuenta que en casa somos poquitos. Con los ingredientes que os detallo, os saldrán unas 18 tortas pequeñas (7 cm de diámetro aproximadamente). También he reducido mucho la cantidad de levadura, y, sinceramente, si la repito probaré a prescindir de ella directamente. Al no dejarla levar, creo que la masa no la necesita en absoluto; quizás lo podríamos substituir por media cucharadita de bicarbonato, pero tengo que probar primero. Y, por último, le he añadido ralladura de naranja y limón, porque lo había visto en otras recetas de la blogosfera y creo que le dan un toque más aromático y muy delicioso.
Aquí os la dejo, ¡ya me contaréis qué os parece!
Tortas de aceite o tortas de anís
Ingredientes para 18 tortas pequeñas
- 75 ml de aceite de oliva virgen extra
- 250 gr de harina normal
- 35 gr de azúcar moreno
- 15 gr de azúcar blanco
- 75 ml de agua
- 1 cucharada (tbsp) de anís en grano
- 1 cucharada (tbsp) de sésamo
- 1 cucharadita (tsp) de ralladura de limón
- 1 cucharadita (tsp) de ralladura de naranja
- Una pizca de levadura seca de panadería (aproximadamente 1,5 gr)
- ½ cucharadita (tsp) de canela molida
- 1 cucharadita (tsp) de esencia de anís (podéis modificar la cantidad al gusto)
Para decorar las tortas:
- Clara de huevo
- Azúcar blanco
Precalentamos el horno a 210ºC con calor arriba y abajo.
Calentamos el aceite en un cazo pequeño a fuego muy bajo (en vitrocerámica, en el 2 de 9). Cuando esté caliente, sin llegar a hervir, lo retiramos del fuego y añadimos el anís en grano, el sésamo y las ralladuras de limón y naranja, para que se infusione con los aromas. Dejamos que enfríe a temperatura ambiente.
En un cuenco amplio, hacemos un volcán con la harina. Echamos en el centro el aceite infusionado, y añadimos después el resto de los ingredientes. Mezclamos todo bien, a mano o con ayuda de una amasadora. Yo opté por amasarlo con la batidora para terminar antes, aunque podéis hacerlo a mano sin ningún problema ya que no se pega nada a las manos al tener bastante aceite. Cuando todos los ingredientes estén bien integrados, hacemos una bola con la masa y la colocamos sobre una encimera.
Vamos cogiendo porciones de masa del mismo tamaño, hacemos bolitas y las aplastamos con el rodillo. Si queréis darles un acabado más “limpio”, podéis usar un cortador redondo, como hice yo, para dar forma a las tortas. Cuanto más finas sean, más crujientes estarán después de hornearlas.
Para decorarlas, pintamos la superficie con clara de huevo, y espolvoreamos azúcar por encima. Yo no tenía clara de huevo a mano y añadí simplemente el azúcar por encima, ya véis que también da resultado.
Bajamos la temperatura del horno a 200ºC e introducimos las tortas sobre una bandeja. Horneamos durante unos 12-15 minutos, o hasta que estén doradas. Las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Ya veis que no os mentía: son muy sencillas, rápidas y lo más importante: para repetir, y repetir, y repetir… porque están ¡de vicio! Mi hermana dice que en el sabor no nota diferencia entre estas y las compradas. Así que, si queréis sorprender, con esta receta no falláis, confiad en mí.
Os dejo, que tengo que volver al trabajo. Probad las tortas, porfi, no os van a decepcionar. En breve volveré con una propuesta salada, que ya tocaba, ¿no?
Un besiño!
Información nutricional de las Tortas de aceite o tortas de anís
Calorías totales: 1695 kcal
Calorías por ración (18 raciones/tortas): 94,2 kcal/torta